- ¿Fumamos uno?

- Dale

Luego de ese intercambio de palabras nada volvió a ser lo mismo. Todo fue un ir para arriba en cuanto a sensaciones, a placeres, a dejarse flotar por lo que esa puerta que se abrió para no cerrarse, dejaba pasar. 

Testimonios similares aparecen ante la consulta si el cannabis influyó positivamente en las relaciones sexuales del interlocutor. Pero ¿saben que? No es de ahora. 

Hace ya 5000 años atrás, en la sabia China milenaria, ya se conocían las propiedades de la planta para mejorar el sexo. India, un poco más acá en el tiempo, también había descubierto que el cannabis tenía virtudes químicas que favorecían las relaciones sexuales. 

En la sabia China milenaria, ya se conocían las propiedades de la planta para mejorar el sexo.

Mucho más acá, en 1867, Louisa May Alcott, autora del clásico Mujercitas, escribía en su libro “Peligrous Play”: “Tome hachís cuando quiera ofrecer su corazón a cualquier bella dama, porque le dará el coraje de un héroe, la elocuencia de un poeta y el ardor de un italiano”.

Una encuesta reciente encuentra en el cannabis como la sustancia más citada por las parejas a la hora de hablar sobre sus relaciones sexuales. 

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Pero aquí no hay magia amigos y amigas. Es que el cannabis relaja y eso es el mejor antídoto para toda la mierda que traemos del día a día: estrés, complejos, querer aparentar, temer no estar a la altura de las circunstancias y tantos muchos etcéteras más. Es que el relajar permite a los cuerpos conectarse. Y eso es algo que hoy, siglo XXI, parece que cuesta mucho.  

Si entramos en detalles cada persona encuentra, en tener sexo colocado, diferentes virtudes: maximiza los orgasmos, potencia las sensaciones….es más, hay quienes sostienen que sin la marihuana NO hay sexo. 

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En definitiva se trata del disfrute, del goce. Algo a lo que todos tenemos derechos. Y si hay espacio para una afirmación más en pos de invitar a que se pruebe esa otra dimensión sexual, aquí va: la marihuana, administrada en dosis normales y salvo alguna contra indicación especial, no produce nada que no pueda controlarse. 

En definitiva se trata del disfrute, del goce. Algo a lo que todos tenemos derechos. 

Así que más allá de respetar lo que cada uno desee hacer con su propio cuerpo, ojalá esta nota sirva como invitación a probar un sexo, seguro, que por lo menos, diferente. Clave: mentalizarse, amigarse con el cannabis y quitarse de encima prejuicios y mandatos que nos indiquen cómo tenemos que ser o parecer.